No viajó a Vigo, pero ha sido el protagonista de la Unión en las últimas horas. El jugador reconoce tener diferencias futbolísticas con el entrenador, David Amaral, con quien mantiene "una buena relación".
SALAMANCA / 04/11/2008
Un fin de semana sin fútbol. ¿Cómo está?
Estoy bien, tranquilo. Esto no me ha hecho llorar ni he dejado de dormir. Soy una persona muy alegre, que siempre está dispuesta a aceptar todo lo que venga del mundo del fútbol. Ahora empiezo de cero la semana y quiero ganarme el puesto para el próximo encuentro de Liga.
¿Cómo vio a su equipo desde la distancia en el encuentro de Vigo?
Está claro que el equipo no estuvo bien. Se echó en falta un jugador para distribuir un poco más de juego. Quizá Jorge Alonso podría haber salido en la segunda parte para intentar empatar el partido.
¿No le gustó a Amaral su forma de entrenarse durante la pasada semana?
Yo siempre me entreno de la misma forma. Lo que ocurre es que el míster tiene una manera de ver el fútbol y yo tengo la mía. Yo juego como creo conveniente en cada momento, y a Amaral hay cosas que le gustan y otras que no.
Pero él es el entrenador...
Yo siempre intento hacer lo que él nos dice, pero el jugador tiene que añadir también su propio fútbol. A esto juegan los futbolistas. Por mucho que un técnico diga y haga una táctica, los jugadores son los que están en el campo, quienes tienen que decidir los partidos y hacer lo que crean conveniente.
¿Qué quiere decir con eso?
Que el que está dentro del campo es quien mejor puede decidir en cada momento.
¿Su no convocatoria para el encuentro de Vigo se debió sólo a aspectos deportivos?
Sí. No tiene nada que ver con temas extradeportivos. Sólo lo deportivo. Esto me sirve para entrenarme más y mejor, y estar con más ganas, si cabe, para el fin de semana que viene.
¿Cómo es su relación con Amaral?
No tengo problemas con él, ni él conmigo. La relación es buena. Después del partido en Tenerife me felicitó; me dijo que había estado espectacular. En otras ocasiones me ha echado la bronca.
Un fin de semana sin fútbol. ¿Cómo está?
Estoy bien, tranquilo. Esto no me ha hecho llorar ni he dejado de dormir. Soy una persona muy alegre, que siempre está dispuesta a aceptar todo lo que venga del mundo del fútbol. Ahora empiezo de cero la semana y quiero ganarme el puesto para el próximo encuentro de Liga.
¿Cómo vio a su equipo desde la distancia en el encuentro de Vigo?
Está claro que el equipo no estuvo bien. Se echó en falta un jugador para distribuir un poco más de juego. Quizá Jorge Alonso podría haber salido en la segunda parte para intentar empatar el partido.
¿No le gustó a Amaral su forma de entrenarse durante la pasada semana?
Yo siempre me entreno de la misma forma. Lo que ocurre es que el míster tiene una manera de ver el fútbol y yo tengo la mía. Yo juego como creo conveniente en cada momento, y a Amaral hay cosas que le gustan y otras que no.
Pero él es el entrenador...
Yo siempre intento hacer lo que él nos dice, pero el jugador tiene que añadir también su propio fútbol. A esto juegan los futbolistas. Por mucho que un técnico diga y haga una táctica, los jugadores son los que están en el campo, quienes tienen que decidir los partidos y hacer lo que crean conveniente.
¿Qué quiere decir con eso?
Que el que está dentro del campo es quien mejor puede decidir en cada momento.
¿Su no convocatoria para el encuentro de Vigo se debió sólo a aspectos deportivos?
Sí. No tiene nada que ver con temas extradeportivos. Sólo lo deportivo. Esto me sirve para entrenarme más y mejor, y estar con más ganas, si cabe, para el fin de semana que viene.
¿Cómo es su relación con Amaral?
No tengo problemas con él, ni él conmigo. La relación es buena. Después del partido en Tenerife me felicitó; me dijo que había estado espectacular. En otras ocasiones me ha echado la bronca.
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